sábado, 30 de octubre de 2010

(2/2)




Hoy me ha visitado la Violeta, se despertó y toco mi puerta; 
Me hablo de la única forma que aprendió durante su existir, se sentó a mi lado, me miro y luego me abrazo.

Ese día, lloramos y nos apertrechamos como si fuéramos una sola, no dos habitando un mismo cuerpo. Así era Violeta, entre peculiar e inocente, con tan solo visitarme, llenaba mi día de sus perpetuos silencios.

De su letargo imperecedero, solo un día hizo una excepción, me miro y me dijo:
V: Me han robado la primavera, me siento agotada de luchar en contra de la marea, toma este instrumento de hilos de metal y déjame partir…

Al leer en sus ojos la verdad y la necesidad que nacía dentro de si, no me quedo más que llorar y dejarla ir…

Justo en ese instante, fue que descubri que una parte de mi habia muerto, que perdia mi otra mitad, mis tantas cosas que son dificiles de explicar..

Precisamente, fue que en menos de lo evocado, Violeta se fue, sin dejar rastros para dejarse encontrar o para ella misma, si decide, retornar…

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